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¿Fatiga pandémica?

¿Fatiga pandémica?

De la misma manera que se han instalado en nuestro decir términos como “aplanar la curva”, “EPI”, “confinamiento”, ERTE, la “fatiga pandémica” es una de las últimas adquisiciones lingüísticas en nuestro vocabulario.

Y efectivamente, uno puede comprender que hay un cierto cansancio y hastío, que incluye un horizonte de escasa esperanza, de descreimiento sobre el final de este acontecer. Efectivamente el cansancio invade nuestros días y la vida cotidiana. Y la pandemia, aquello que no puede ser explicado por la ciencia actualmente y durante un cierto tiempo a futuro, su mejor baza.

La pandemia hizo surgir nuestros miedos más esenciales entretejidos entre vida y muerte, aquellos miedos que no comprendemos, que no llegamos a entender. Sufrimos esencialmente de no comprender y por ello nos hacemos con una batería de información que se ofrecen a manera de preservar esencialmente nuestra consistencia mental. La frases más escuchadas últimamente tienen que ver con: “ no se sabe mucho sobre esto”, “no estoy segura de aquello”, “aún no se comprobado pero…”. La pandemia promueve un sitio sobre lo que no sabemos y  específicamente lo que no comprendemos.

Ahora bien, ¿de qué se trata la fatiga?, ¿de qué fatiga hablamos?. ¿Qué tipo de cansancio nos invade, más allá de la pandemia?. “Hay una gran fatiga de vivir”, contestaba Jacques Lacan, psicoanalista francés en la Revista Panorama de 1974, cuando el periodista le preguntaba sobre lo que no andaba en el hombre de aquellos años. Apuntaba a la fatiga de vivir, como malestar de vida y estructural de todo sujeto.

Vivir conlleva un malestar, ese que antes de la pandemia se tenía escaso registro, tal vez adormecido por el exceso de nuestra época. Y digo escaso y adormecido porque siempre ha convivido con nosotros, es estructural a cada uno. Nos habita permanentemente. Malestar, que en ocasiones, la ciencia y las teorías de la conducta explican ligeramente, técnicamente y en algoritmos absurdos. Lo que la pandemia introduce es el registro de este malestar pero en la lógica de lo subjetivo. La fatiga de vivir tiene que ver más con una fatiga subjetiva, con aquello de la angustia que se hace presente con ella y en cada uno.

Si la pandemia es un real, lo que viene a mostrar es la propia fatiga de vivir.

En la respuesta de J. Lacan al periodista de la Revista Panorama, hay una segunda parte aún más interesante para la reflexión: “Hay una gran fatiga de vivir como resultado de la carrera hacia el progreso”.

Acaso en el sentimiento más intimo ¿no anhelamos volver a hacer aquello que el “progreso” nos ha ofrecido en este último tiempo? ¿A dónde queremos volver? Tal vez tengamos nostalgia del exceso de la época que nos ha tocado recorrer. ¿No hay suficientes noticias sobre las consecuencias del exceso, por ejemplo sobre el planeta?

El progreso de la época nos ha ofrecido un consumo legítimo sobre el exceso. Lo excesivo se hizo producto y se consume legítimamente. “Pásatelo bien”, “Disfruta”, “tienes derecho a ser feliz”, “ve y goza”. Estas frases, que no cesan de escucharse en las consultas, forman parte del vocabulario pero de lo contemporáneo de nuestra época, incorporándonos en una carrera a modo de sprint y con un carácter cuasi-obligatorio. La velocidad de esta carrera es también la forma en la urgencia, el “ya”, en la que vivimos.

Entonces ¿Cómo hacer con esta fatiga subjetiva que nos habita? La palabra es una via posible, es una manera de hacernos en la buena conversación, con aquello que nos acontece y nos atraviesa. El efecto en el cuerpo de los abrazos ausentes nos recordará el efecto del lazo con los otros. La pandemia nos ha tapado las bocas, pero no las ha cerrado. La palabra hace lazo pero también favorece, esencialmente, el encuentro con la propia y singular fatiga de vivir en la época de las urgencias y el exceso.

Por cierto, al final de la respuesta de J. Lacan decía: “Se espera del psicoanálisis que descubra hasta donde se puede llegar arrastrando esa fatiga, ese malestar de la vida”

 

Carolina Salinas (carolinasalinas@hotmail.com)

Artículo publicado en el Diario Información el 21/11/2020.

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