El fenómeno serie se ha puesto de manifiesto en este último tiempo. Cada vez son más las plataformas, que nos ofrecen un sin fin de opciones para ver películas y series en streaming. Desde luego, encontramos todo tipo de temáticas: amorosas, dramáticas, criminales y una serie de etc que seguramente no valga la pena enumerar…

Pero hay algo que no pasa de moda y por muchos que transcurran los años, hay una temática que sigue interrogando a todo tipo de públicos: la adolescencia. “¿Qué tienen las ficciones de adolescentes para que nunca pasen de moda?” se preguntaba el crítico de cine Alberto Richart para la revista Mine. Y bien, cierto es que tal vez encontremos alguna que otra respuesta, en esta etapa de la vida donde parece que la intensidad de las experiencias se juega en otra liga.

La adolescencia es un momento de transición entre la niñez y la vida adulta. El adolescente debe abandonar el cuerpo del niño ya conocido y transitar a uno nuevo. Este hecho no será indiferente, puesto que este nuevo cuerpo abordará el desarrollo de la sexualidad; cambios no siempre comprendidos por el propio adolescente.

El encuentro con los iguales y el descubrimiento de la vida sexual, implica una cierta curiosidad hasta ahora desconocida ante él. La adolescencia dista mucho de ser esa etapa placentera donde por fin el joven alcanza las satisfacciones añoradas.

El entendimiento con los iguales y la salida del nido familiar es algo significativo en este tipo de series. Los amigos y el vínculo se intensifican en este momento de la vida . El adolescente buscará a raíz de sus propios vínculos y experiencias su propia identidad. Tarea realmente complicada, el saber ya no está solamente del lado de los padres, se presenta inconsistente para el sujeto que transita la adolescencia, mostrando en muchas ocasiones inconformidad ante los ideales parentales anteriormente conocidos. Tal y como indica Richart “si hay un malestar recurrente que repercute de por vida a los adolescentes norteamericanos es el cambio de instituto y las mudanzas insistentes de sus progenitores. Ese se lleva la palma”.

Stranger Things la serie de los hermanos Duffer, combina la fantasía, el terror y las vibraciones ochenteras adolescentes localizando muy bien este momento del vínculo con los iguales. El grupo de amigos se une ante la negativa adulta para luchar contra la amenaza. Se acompañan y se sostienen entre ellos, se salvan de los horrores y todo ellos lo logran juntos. Será interesante pensar cuál es realmente la amenaza real. ¿La insistente mirada del adulto que no le permite adentrarse en quiénes son realmente? o ¿la lucha ante lo desconocido de la vida adulta?

La serie Euphoria protagonizada por Zendaya ha calado de lleno en los jóvenes, presenta el exceso, aquello que irrumpe de manera tan abrupta en la adolescencia. Una serie un tanto sintomática de una adolescencia, demasiado desbordada… Da lugar de una forma exagerada el abismo que puede representar la adolescencia. Cada personaje vaga sin rumbo, intentando encontrar algo que les dote de una verdadera identidad ante la vida.

Los actos en la adolescencia muchas veces suplen la ausencia de palabras. Lo que no puede decir el adolescente acerca de lo que le sucede, sea porque no lo sabe o porque no encuentra destinatario, se convierte en ocasiones en actuaciones; desde pequeños hurtos, peleas o incluso las transgresiones de la ley. A veces estos pasajes al acto buscan ese límite que aparece desbordado por la aparición de la adolescencia. La angustia, la ansiedad y la tristeza funcionan como alertas de que algo se encuentra excedido.

Cuando visualizamos una serie donde hay diferentes tramas como puede ser: el amor prohibido, los problemas familiares, las adicciones o inclusive el propio acoso escolar, cada persona se verá tocado de una forma particular ante estas historias; será la trama con la que uno se sienta más identificado a la que le daremos mayor valor. No es un secreto que el éxito de cualquier serie adolescente será tocar el fenómeno identificatorio de cada uno de nosotros.

La llegada de la adolescencia dará lugar al despliegue de la identidad y de la personalidad de cada uno. Pero el tránsito por ella vendrá marcado por aquello que nos haya acompañado en nuestra infancia. Si los lazos emocionales no se anudaron en la niñez, la adolescencia será de carácter caótico ya que no existirán las bases en las que poder sustentarnos.

Eva Ventura (evaventur91@gmail.com)

Artículo publicado en el Diario Información de Alicante el 27.02.21