Es a través de la infancia que podemos saber que la constitución psíquica de una persona no viene establecida solamente por los componentes genéticos o biológicos. Cuando un niño nace son muchos los factores que contribuyen a la salud mental del bebe. Desde las circunstancias que rodearon el embarazo y las contingencias producidas en el nacimiento así como la influencia del entorno más inmediato que acompaña al bebé; todos ellos son elementos importantes que hay que valorar cuando un niño presenta algún tipo de dificultad. Los síntomas infantiles se presentan bajo un amplio espectro: dificultades en la adquisición del lenguaje, impedimentos para aprender o concentrarse, rechazo de la relación con los demás, agresividad, inquietud constante, fobias. También son síntomas infantiles las dificultades con la comida, dificultades en el control de esfínteres, miedos nocturnos, etc. Muchas veces la escuela o el pediatra sugieren una consulta psicológica; pero también en frecuentes ocasiones son los propios padres o el mismo niño quien a su manera denuncia que algo no va bien. Dilatar la situación, no suele ser la mejor opción. Siempre es recomendable una consulta de orientación que despeje las preocupaciones o angustias; más aún, teniendo en cuenta que hay procesos psíquicos que sólo se conquistan en la infancia. Ignorarlos no haría más que incrementar las dificultades. Cualquier posible obstáculo, requiere de una intervención adecuada. En ocasiones, lo que los padres dicen de su hijo no coincide con la vivencia del propio niño. Gran parte del trabajo clínico con los pequeños consistirá en poder detectar cual es el motivo del síntoma para él, más allá de lo que observan las personas de su entorno. Sabemos que se trata de un sufrimiento o conflicto, que cada niño expresará de manera única; y por tanto, es importante encontrar una solución acorde a las particularidades de ese niño que sufre. Es bajo esa premisa como intervenimos en la clínica y lo hacemos valiéndonos de los recursos que el niño utiliza: dibujo, modelado, narraciones, juegos, etc. A su vez, y mientras dura el tratamiento, los padres participan activamente, no sólo mediante entrevistas como portadores de una información privilegiada sobre su hijo, sino más aún, pensando conjuntamente con los profesionales, estrategias oportunas, que muchas veces, conciernen a la vida cotidiana.Psiquismo infantil
Síntomas en la infancia:
¿Cuándo consultar?
Tratamiento clínico