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ADOLESCENTE DE «CARA AL SOL»

ADOLESCENTE DE «CARA AL SOL»

No pude dejar de asombrarme cuando recientemente me contaron que en algún colegio de nuestra ciudad, a modo de broma?, jóvenes adolescentes de 13 años cantaban el “Cara al sol” en los patios del colegio. Fue tal mi sorpresa, que recurrí a Spotify, un servicio streaming de música muy utilizado por los jóvenes, para saber de qué se trataba su moda. Un remix de “Cara al sol” se encuentra en el cuarto puesto de las 50 canciones más virales de Spotify España.

El impacto de nuestra sociedad, de la realidad de nuestros días da de lleno en la vida de los jóvenes de hoy. Es preciso como se observa en estos acontecimientos, de qué manera lo real de nuestros tiempos se precipita sobre sus vidas, a modo de síntoma de lo que ocurre en nuestro contemporáneo social.

Por otra parte, sabemos que la adolescencia es un periodo de metamorfosis, de cambio: el cuerpo, la lengua y aquello que pertenecía a la infancia comienzan a ponerse en juego en tanto ya no prestan la misma funcionalidad.  Frecuentemente, a lo largo de la adolescencia , los jóvenes se comportan de una forma nueva y desconcertante. Ellos buscan diferenciarse y autoafirmarse, se rebelan contra su familia y sus maestros, se encierran en ocasiones en un individualismo salvaje e intransigente. Diferenciarse, rebelarse y autoafirmarse pertenecen a lo propio de la pubertad hacia el camino de la creación de su propia identidad, con dirección hacia su propia constitución como sujetos. Podríamos decir que es sano hacerlo.

Ahora bien, esta diferenciación, este desmarcarse del otro referente ofrece otra oportunidad para los jóvenes: su propio “invento”, el descubrimiento de su propia manera de ubicarse con los pares, los profesores, las instituciones: esa particular forma de hacer lazo acogiendo su propia diferencia. Podríamos pensarlo como la forma más íntima y particular que cada sujeto tienen de hacerse un lugar en el mundo. Formas y maneras de constituirse a sí mismo. Esto se puede apreciar en los jóvenes en la extravagancia de la vestimenta, en hacer marca en sus cuerpos con los tatuajes y en novedosas maneras del pensamiento.

Por lo tanto, las nuevas formas de nacionalismos, de fundamentalismo político y la segregación actual donde lo intolerante es lo ajeno, se ofrecen como prenda “pret a porter” para los adolescentes. Una manera de vestir (o in-vestir) el pensamiento sin necesidad de diferenciarse del otro, una identidad “ a medida” que colma sin pérdida y que se presta a barrer cualquier “invento” en singular. A sí mismo, estos fenómenos de segregación son una forma de administrar el narcisismo de esta etapa de la vida, en tanto la alteridad del otro siempre introduce lo extraño, lo diverso, conmueve en el sujeto su posición frágil.

El “narcinismo” – término acuñado por Colette Soler y que condensa narcisismo y cinismo- del siglo XXI impacta sobre los jóvenes de manera directa, promoviendo el narcisismo sin verguenza en su voluntad de satisfacción que ni siquiera requiere justificar el cinismo que sustenta puesto que la moralidad actual lo impone—moralidad que debe ser distinguida de la ética, de la reflexión sobre nuestros actos, y respecto de la cual el discurso analítico es una de los pocos que puede ofrecer un espacio.

La crisis de la Originalidad Juvenil *

Es Maurice Debesse, profesor de la Sorbona a mediados del siglo XX, pedagogo y psicólogo, quien ha titulado así un libro que escribió en 1937 acerca de los adolescentes. Será quien rescata la actividad creadora de la adolescencia como un período en que los jóvenes afirman su deseo de distinguirse y singularizarse (deseo de originalidad), y sienten inclinación por la contradicción y la paradoja. Evoca el espíritu renovador y la pasión por cambiar el mundo de algunos de ellos, mientras otros, por el contrario, tienden a evadirse del presente y adoptan conductas imaginarias cercanas al narcisismo. Como especialista en pedagogía, Debesse explica que en esta etapa los jóvenes no necesitan obligatoriamente a un docente, sino más bien a un ser humano abierto y comprensivo, capaz de adoptar una postura crítica en caso de necesidad, y de brindar su ayuda en los momentos difíciles. Me preguntaba entonces qué padres necesitan los adolescentes en esta etapa. La respuesta la encuentro cuando el mismo padre que me comento sobre los jóvenes cantando “Cara al sol” concernido por los tiempos que corren, conversa con su hijo sobre historia contemporánea, poniendo en juego la palabra, aquella que brinda la oportunidad al sujeto de encontrar su lugar en el mundo y ofrecer  un nuevo “invento” más allá del “narcinismo”

*Debesse, Maurice: “La crisis de la originalidad juvenil”. Editorial Nova (1955)

 

Carolina Salinas

Artículo publicado en el Diario Información

Some Toughts (5)

  1. added on 5 Ene, 2019
    Responder

    Me parece un artículo muy interesante.
    La autora se refiere a esa opción que muchos adolescentes pueden ver una buena prenda «pret à porter» como serían el «fundamentalismo político y la segregación actual donde lo intolerante es lo ajeno».
    Eso, que estamos ya viviendo cada vez más claramente, resulta muy inquietante, porque estamos ante un «revival» de lo peor con posibilidad de alcanzar el poder político. Y no lo vemos en países subdesarrollados, sino en EEUU o Brasil. Desconocía esa triste popularidad del «Cara al sol» en adolescentes. No es una broma, desde luego. La prohibición es necesaria, frente a la estúpida expresión del 68 («prohibido prohibir»). «Die Fahne hoch» sigue prohibido (creo) en Alemania.
    Hay algo que toca el post muy brillantemente y que tiene que ver con el papel de los mayores, sean padres o profesores. No basta con la narración, con el análisis histórico, político o filosófico; tampoco con decir lo que está bien y lo que está mal de modo dogmático, mucho menos con criterios de utilitario económico (el florecimiento de Alemania en la época nazi, tan discutible, o el «América para los americanos», de triste actualidad). Se precisa algo más y el psicoanálisis puede iluminar a la sociedad al respecto. Porque, si alguien toma, desde el desconocimiento, la función del analista y hace una mala transferencia, podemos obtener un resultado claramente opuesto al inicialmente pretendido, como muestra la película «La ola» («Die Welle»).
    El panorama no es el mejor y todo lo que podamos hacer para evitar la repetición de atrocidades no lejanas será poco.

    Un saludo cordial,
    Javier Peteiro Cartelle.

    • Elena2020
      added on 9 Ene, 2019
      Responder

      Totalmente de acuerdo Javier.

      Un saludo!

    • added on 18 Feb, 2019
      Responder

      Estimado Javier
      Gracias por su comentario. Es un privilegio su lectura. Efectivamente, a través del trabajo con adolescentes se corrobora el impacto de lo real en ellos como primeros receptores de los síntomas de nuestro contemporáneo. Y convoca a los adultos a una reflexión sobre los mismos, porque lo que creo que nos generaliza en estos tiempos es la indiferencia. Aunque no todo vale para hacer frente a esa indiferencia, en su buen decir. Sin duda el discurso analítico puede ser una buena brújula que invite a la reflexión y al abandono de la misma.
      Cordialmente,

      Carolina Salinas

    • added on 18 Feb, 2019
      Responder

      Estimado Javier
      Gracias por su comentario. Es un privilegio su lectura. Efectivamente, a través del trabajo con adolescentes se corrobora el impacto de lo real en ellos como primeros receptores de los síntomas de nuestro contemporáneo. Y convoca a los adultos a una reflexión sobre los mismos, porque lo que creo que nos generaliza en estos tiempos es la indiferencia. Aunque no todo vale para hacer frente a esa indiferencia, en su buen decir. Sin duda el discurso analítico puede ser una buena brújula que invite a la reflexión y al abandono de la misma.
      Cordialmente,

      Carolina Salinas

  2. added on 18 Feb, 2019
    Responder

    Estimado Javier:
    Agradezco su gentil comentario de este artículo. Es un privilegio su lectura. Efectivamente en el trabajo con adolescentes es donde más se corrobora este real que impacta de lleno en ellos, a modo de síntoma de nuestro contemporáneo. Síntomas que requieren una reflexión del adulto, un estar concernido porque, lo que creo que nos generaliza en todo caso es la indiferencia. Y como en su buen decir, el psicoanálisis puede ser una buena brújula para comenzar la reflexión, y claro esta, abandonar la indiferencia.
    Cordialmente,
    Carolina Salinas

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